Jade Goody es una joven británica de 27 años de edad que alcanzó notoriedad pública por su participación en un “reality show” televisivo en su país. En este programa se caracterizó por mostrar un difícil carácter y por sus descalificaciones personales de tinte xenófobo a otra compañera concursante. Por este hecho, fue expulsada del citado “reality show”. Pidió disculpas posteriormente a la compañera a la que descalificó. Por la dinámica de los actuales medios de comunicación y la hegemonía de las cifras de audiencia, Jade Goody comenzó a recibir múltiples ofertas de trabajo en la televisión. Su mérito había sido mostrar su dificultad para la convivencia con otros jóvenes, así como su incontinencia verbal, que sobrepasó en muchas ocasiones el respeto mínimo que se merece cualquier persona. Aprovechó su momento, y su presencia en los medios de comunicación fue permanente. La fama y el dinero fueron su opción de vida personal. Entre determinados segmentos de población apareció un sentimiento de envidia a su éxito repentino. Jade Goody se convirtió en un gigante con los pies de barro.
Para desgracia de nuestra protagonista, hace sólo unos meses, le fue diagnosticado un cáncer de útero en estado avanzado. Los médicos le comunicaron que el pronóstico era infausto. Estaba en fase terminal. Madre dos hijos, decidió hace unas semanas cumplir su mayor deseo: casarse con su novio, el señor Jack Tweed. Sabedora de los pocos meses que le restan de vida, decidió antes de casarse, vender la exclusiva a los medios de comunicación de sus últimos días de vida. El contrato ha sido multimillonario.
Pudo ver cumplido su deseo, y finalmente contrajo matrimonio el pasado 22 de Febrero de 2009. En declaraciones a la revista que vendió su exclusiva, declaró: “Soy feliz, ¿qué más puedo pedir?”. Jade pudo aguantar toda su velada nupcial gracias a los medicamentos para el dolor que se le administraron. Días después del enlace nupcial tuvo que someterse a una operación de urgencia debido a una obstrucción intestinal que agravó mucho su estado de salud.
Alguien podría preguntarse: ¿es esta la nueva forma de enfrentarse al dolor y sufrimiento humanos en el inicio del siglo XXI? ¿La exposición pública de las vivencias íntimas del dolor y sufrimiento nos están aportando un auténtico avance en nuestra sociedad?
Para desgracia de nuestra protagonista, hace sólo unos meses, le fue diagnosticado un cáncer de útero en estado avanzado. Los médicos le comunicaron que el pronóstico era infausto. Estaba en fase terminal. Madre dos hijos, decidió hace unas semanas cumplir su mayor deseo: casarse con su novio, el señor Jack Tweed. Sabedora de los pocos meses que le restan de vida, decidió antes de casarse, vender la exclusiva a los medios de comunicación de sus últimos días de vida. El contrato ha sido multimillonario.
Pudo ver cumplido su deseo, y finalmente contrajo matrimonio el pasado 22 de Febrero de 2009. En declaraciones a la revista que vendió su exclusiva, declaró: “Soy feliz, ¿qué más puedo pedir?”. Jade pudo aguantar toda su velada nupcial gracias a los medicamentos para el dolor que se le administraron. Días después del enlace nupcial tuvo que someterse a una operación de urgencia debido a una obstrucción intestinal que agravó mucho su estado de salud.
Alguien podría preguntarse: ¿es esta la nueva forma de enfrentarse al dolor y sufrimiento humanos en el inicio del siglo XXI? ¿La exposición pública de las vivencias íntimas del dolor y sufrimiento nos están aportando un auténtico avance en nuestra sociedad?