martes, 30 de junio de 2009

Calcetines blancos


El rancho californiano de Neverland era el único sitio pijo del mundo en el que dejaban pasar con calcetines blancos. Las famosas "escayolas" fueron siempre signo de vulgaridad, o así lo creyeron miles de porteros de todo tipo de discotecas y locales de música al uso. Hasta que llegó el genial Michael Jackson y a base de bailar entre "muertos-vivientes" con los denostados calcetines y se atrevió a vender más de 100 millones de discos de su "Thriller". Le dió igual que no lo dejaran pasar a ninguna discoteca porque la música era él.

Su infancia no fue fácil, le mostró su camino en la música, y lo hizo un tipo duro, pero nunca pudo llegar a pensar que lo que vivió en su casa sería una broma comparado a lo que tuvo que soportar posteriormente.

Su talento musical lo hizo convertirse en el "rey del pop". Su apuesta por la innovación hizo que fuera un auténtico visionario con su apuesta por los video-clips. Los 13 minutos de Thriller son como un clásico en la historia de la música visionada, y no sólo oída. Los ochenta fueron su época. Seguro que le hubiese gustado parar el reloj de su vida en aquella época. La plenitud musical y el éxito le llegaron muy pronto y muy joven. Insisto muchas veces en que los hombres no estamos hechos para el éxito, nos reconocemos más en el fracaso.

Todo lo que después le deparó la vida fue una auténtica pesadilla. Desde su discutido vitiligo, sus relaciones de pareja, con su familia, con sus hijos, las acusaciones de pedofília. Todo se conjuró contra de él, y lo convirtieron en una persona excéntrica, extraña, poco cercana.

Es justo recordar su contribución a la música y recordar más sus millones de discos que los escasos kilos que pesaba o esa amalgama de fármacos en los que se convirtió sus ultimos momentos de vida.

jueves, 18 de junio de 2009

Silencio en las aulas


El silencio era el cáncer de la nueva pedagogía. O así lo creyeron generaciones de profesores, que en pos del crecimiento de los alumnos, estimaban que la comunicación entre ambas partes era la piedra filosofal de las nuevas formar de crecer y madurar en las aulas.

El problema comenzó cuando la comunicación verbal que brindaba el alumno no era ni la requerida, ni la pertinente para el proceso pedagógico. Los alumnos hablaban de todo y por todo, menos de lo que interesaba.

Sócrates con sus pupilos estableció un particular estilo docente, que se caracterizaba por el discurrir de las ideas en contestación a unas cuestiones iniciales que planteaba él. En sus clases estaba prohibido no hablar, siempre que el pensar hubiese precedido al movimiento mandibular, por supuesto.

Ahora nos enteramos que nuestros sufridos profesores pasan gran parte de su tiempo mandando callar a sus alumnos. Grave problemas al que se enfrentan. O bien los alumnos no piensan antes y por tanto la verborrea llena ese hueco, o los profesores no formulan bien las cuestiones iniciales.

Desgraciadamente el método socrático ha sido modificado por el de la estulticia de una sociedad que no hace otra cosa que hablar por hablar.

miércoles, 10 de junio de 2009

Feliz Cumpleaños Donald


Donald es el perdedor más tierno de nuestra cultura. El camino de vuelta que emprende el perdedor siempre ha ejercido gran influencia sobre muchos de nosotros. Y este maravilloso pato lo ha recorrido en multitud de ocasiones. De carácter agrio, “malas pulgas” reconocido y confeso, de habla casi ininteligible, pero de corazón tierno y constancia a prueba de bombas, lo característico en él es que nunca se rinde. Y es ahí donde nos conquista. No es valiente, ni ingenioso, ni audaz, pero permanece fiel al lema que le asignaron sus creadores, de la factoría Disney, “perdedor que nunca abandona”. Sus amigos Goofy, Pluto, Tío Gilito y Mickey, entre otros, no hacen otra cosa que encontrarle motivos para perder, pero a él no le importa. Su amada Daisy dulcifica su caída y le agranda su corazón. Mi hijo me preguntó un día si realmente sabía nadar el pato Donald, y siendo el palmípedo más conocido del mundo, le contesté que eso era lo menos importante. Lo bonito es que de pequeños nos reímos con él, ahora lo hacen nuestros hijos, y lo que es más enternecedor, es que podemos compartir carcajadas uno al lado del otro sin ningún problema. Cumple 75 años, su debut lo hizo allá por Junio del 1934, como personaje secundario en la historieta “The wise little Hen”, y conserva aún en nuestros días toda su actualidad. En los antihéroes tiernos, en los personajes secundarios, en los perdedores, en los soñadores nos reconocemos la gran mayoría de nosotros, y ahí es donde considero que estriba su gran influencia y éxito. Feliz cumpleaños querido Donald, por favor no aprendas a nadar nunca.