En un principio fue el ordenador personal. Le siguió el desarrollo de la informática para tontos a través del entorno Windows. La red de internet inauguró un nuevo mundo. De hecho en los libros de Historia las tres carabelas de Colón son una broma al lado de las tres “w”. Google supuso una nueva era en el acceso al conocimiento. La blogosfera ha significado el formato ideal para todo tipo de escritores frustrados. Pero créanme que la nueva revolución social ha venido de la mano de un estudiante de Harvard llamado Mark Zuckerberg de veintitantos años, que ha creado el mejor sitio web de redes sociales denominado Facebook.
Originalmente era un sitio para estudiantes de la Universidad de Harvard, pero actualmente está abierto a cualquier persona que tenga una cuenta de correo electrónico. Los usuarios pueden participar en una o más redes sociales, en relación con su situación académica, su lugar de trabajo o región geográfica.
El nombre del sitio hace referencia al boletín que la administración de muchas universidades entrega a los estudiantes de primer año, con la intención de ayudarles a que se conozcan más entre sí.
Si uno no está en Facebook no existe. O mejor dicho, no tiene amigos. Los “chat” fueron sus predecesores golfos y cutres. Habían existido muchas iniciativas para generar redes relacionados con contactos profesionales para desarrollar el “networking”. Pero todos los intentos no fueron éxitos rotundos como Facebook que tiene cientos de millones de usuario diarios. El secreto está en que a todos nos interesa estar al tanto de nuestros amigos. De nuevo las personas han sido el éxito. Ligar a través de un chat o encontrar trabajo por internet, no significa nada al lado de volverse a encontrar con su amigo de la infancia, del instituto, la universidad o el trabajo, o formar parte de un grupo que defiende los derechos humanos por ejemplo.
Les invito a que hagan la prueba, y les aseguro que en una sola tarde encontraran a amigos a los que les perdieron la pista hace mucho tiempo y podrán sumarse a alguna causa justa. Facebook es la gran revolución social del inicio del siglo XXI, y sino que se lo digan a Obama.
Originalmente era un sitio para estudiantes de la Universidad de Harvard, pero actualmente está abierto a cualquier persona que tenga una cuenta de correo electrónico. Los usuarios pueden participar en una o más redes sociales, en relación con su situación académica, su lugar de trabajo o región geográfica.
El nombre del sitio hace referencia al boletín que la administración de muchas universidades entrega a los estudiantes de primer año, con la intención de ayudarles a que se conozcan más entre sí.
Si uno no está en Facebook no existe. O mejor dicho, no tiene amigos. Los “chat” fueron sus predecesores golfos y cutres. Habían existido muchas iniciativas para generar redes relacionados con contactos profesionales para desarrollar el “networking”. Pero todos los intentos no fueron éxitos rotundos como Facebook que tiene cientos de millones de usuario diarios. El secreto está en que a todos nos interesa estar al tanto de nuestros amigos. De nuevo las personas han sido el éxito. Ligar a través de un chat o encontrar trabajo por internet, no significa nada al lado de volverse a encontrar con su amigo de la infancia, del instituto, la universidad o el trabajo, o formar parte de un grupo que defiende los derechos humanos por ejemplo.
Les invito a que hagan la prueba, y les aseguro que en una sola tarde encontraran a amigos a los que les perdieron la pista hace mucho tiempo y podrán sumarse a alguna causa justa. Facebook es la gran revolución social del inicio del siglo XXI, y sino que se lo digan a Obama.