miércoles, 28 de abril de 2010

La canción de José Tomás






Con diez cornadas en el alma,
viento en tu coleta, y a toda muleta,
no pisas el albero, sino paseas
tu torero esencial.

Bajel diestro que llaman,
por su ventura, el Renacido,
en todo ruedo conocido
del uno al otro confín.

La luna en la dehesa,
en el capote gime el viento,
y alza en blando movimiento
pases de plata y azul;
y ves a tu abuelo,
disfrutando alegre en el burladero,
el cielo a un lado, al otro su tierra,
y allá a su frente tu figura sinigual:

"Torea, toreo mío,
sin temor,
que ni enemigo bravío
ni cornada, ni falsa alabanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte gestas
has hecho
a despecho
por do quier,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a tus pies.

Que es tu toreo tu tesoro,
que es tu dios la libertad,
tu ley, el valor y el conocimiento,
tu única patria, el torear."

miércoles, 21 de abril de 2010

Las cenizas islandesas


Islandia es la nota al pie de página del libro europeo. Sólo la leen los estudiosos, y eso les molesta. Para muchos no deja de ser un buen país para un documental del canal "Viajar".
Reykjavik, la capital de Islandia, había sido en los últimos años un modelo para todas las ciudades del mundo por el crecimiento de su renta y su respeto medio ambiental. En la última década, este pequeño país de 313.000 habitantes había sido un ejemplo a copiar, una de las economías pujantes de Europa, la sexta nación más rica de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El país ha cambiado totalmente en las últimas dos décadas. El mayor salto se produjo en 2003, cuando los mercados financieros fueron menos regulados y la banca fue privatizada. Su modelo de crecimiento ha sido erróneo, vista la manera en que la crisis financiera mundial ha golpeado a sus habitantes. El mal planteamiento de los fondos de inversión libres y su escasa regulación han provocado unas deudas que el Banco Central de Islandia no puede levantar por su escaso músculo financiero.
Las instituciones públicas denuncian el mal que ha hecho la especulación en el país, pues muchos negocios no han sido más que operaciones especulativas. La cuestión que planea sobre el país es que todo fue bien cuando había liquidez en los mercados, pero ahora que el sistema financiero mundial se abrocha el cinturón, han aflorado todos los problemas que supone refinanciar unas deudas tan inmensas.
Piden ayuda al robusto euro, y la Europa rica sólo tiene ahora ojos para la malherida Grecia.
Herida en su orgullo, las entrañas de Islandia, a traves de la erupción de un volcán de nombre impronunciable, ha dispersado sus cenizas por el cielo europeo, para así convertirse en la protagonista.
Muy a pesar de los islandeses los aviones no han podido surcar los oceános celestes y su parada técnica ha golpeado a las economías europeas, incluídas la española y la malagueña con su menos concurrido Festival de cine.
Islandia es la metáfora de la crisis globalizada con aspiraciones verdes, olvindándonos de lo vulnerables que somos a las cenizas de las entrañas de la tierra.

martes, 13 de abril de 2010

Polonia bien merece una misa


Polonia es la novia a la que siempre se le muere su prometido en la víspera de la boda. Este hecho la hace fuerte pero sobre todo muy sufrida. La historia de este bello país ha navegado entre los vaivenes de un destino convulso y en muchas ocasiones fatal. Sale de una tormenta para meterse en otra. Las hordas tártaras cuando invadieron y destruyeron Varsovia allá por el año 1241 imprimieron en su adn su familiaridad con la desgracia.
Los polacos han conocido de particiones, injerencias continuas de sus vecinos y sobre todo en las dos grandes guerras del siglo XX sufrieron el horror de los dos totalitarismos más terribles que recordamos: el nazismo y el comunismo.
Tras la invasión soviética de Polonia en Septiembre de 1939, se produjeron los tristes sucesos de Katyn, una zona boscosa en la región rusa de Smolensk. Allí se fusilaron a 20.000 polacos, entre militares y civiles. De forma canallesca y cobarde los rusos durante muchos años quisieron endosarle esta matanza a los nazis, pero fue el mismo genocida ruso Stalin y otros gerifaltes de su Politburó los que firmaron personalmente las ordenes de ejecución de estos inocentes el 5 de Marzo de 1940. A Gorbachov no le quedó más remedio que reconocer la autoría rusa de esta masacre, y en 1992 Borin Yeltsin, entregó al entonces presidente polaco Lech Walesa la propia orden anteriormente citada. Este suceso histórico permanece muy presente en la memoria de los polacos, y en estas fechas se celebra su setenta aniversario.
En orden a recordar la dignidad de las víctimas, se dirigían el pasado sábado los más altos mandatarios polacos en un avión Tupolev al lugar de la matanza. Al frente de la comitiva oficial iba el Presidente de Polonia, Lech Kaczynski. Parece ser que debido a la densa niebla en la zona del aeropuerto de Smolensk, el avión sufrió un grave accidente y fallecieron todas las personas que iban en él, un total de 97 víctimas, 9 de ellas pertenecientes a la tripulación de la aeronave y los 88 restantes pertenecían a la delegación oficial polaca. Una auténtica tragedia que dejaba a Polonia nuevamente sumida en la pena y la tristeza.
Lech Kaczynski era un lider político que forjó su crédito en su compromometida lucha desde el sindicato Solidaridad contra el régimen comunista establecido en su país. Fue un colaborador leal y necesario para Lech Walesa, que desde la defensa de la dignidad de las personas, se enfrentó al poderoso comunismo ruso y lo venció. En esa victoria tuvo mucho que ver el Papa Juan Pablo II, Reagan y Thacher. El ejemplo polaco ayudó a que Europa del Este plantara cara al inhumano comunismo ruso que tanto daño les procuró y acabara derrotándolo.
Utilizando las palabras del primer ministro polaco, Tusk, no me cabe duda que Polonia llorará a los ausentes, como siempre, y volverá a levantarse de nuevo. Están dando una lección como nación sufrida, que no quieren resignarse a la fatalidad del destino y quieren seguir construyendo su presente y su futuro. Nuestro más sentido pésame al pueblo polaco. Descansen en paz las víctimas.

miércoles, 7 de abril de 2010

Oda a la princesa del pueblo



Belén Esteban es la princesa del pueblo. Pocas endechas y sonetos se han cantado aún a la que ha hecho de la vulgaridad un producto de consumo diario en los hogares españoles. No se conoció con anterioridad una gloria mayor que la que le procuró en tan poco tiempo y de forma tan intensa la princesa del pueblo a la Televisión Digital Terrestre.

Su verbo gracioso, bronco, se mece entre grito y grito, y conoce sólo de ofensas pasadas, presentes y futuras, como aviso a navegantes. No hay literatura que pueda contener los excesos e hipérboles que su boca vierte a diario. Una tesis doctoral se atrevió con la diarrea mental de esta escultura que traicionó a la cirugía estética. No fue suficiente, se necesitan más y mejores estudios.

La telebasura no conoció época más gloriosa que la que grácilmente le está procurando esta mujer que ha hecho de San Blas el semillero de la intelectualidad de Madrid.

Los platós de Telecinco no conocieron aportación más fundamental que la que procura la Esteban en su versión verborreica o en su versión pato mareado. Nunca desprendieron mejor olor esos testigos mudos de tanto bueno.

Ese es su mérito, ora hablando, ora bailando, entrega las perlas que la piara necesita, para seguir en paz entre los límites que la chabacanería les procura. La miel de sus intervenciones está a la medida de la boca de quien la recibe.

Algunos la critican, sin conocer que la realeza nunca se merece ese trato. La verdad, la belleza, la discreción y la clase dejaron de despacharse en muchas casas reales europeas tiempo ha, y por tanto no deben exigírselas a la que el pueblo ha elevado al trono.

Los que viven del “share” de la Esteban, abandonaron el exprimidor y recurrieron a la “thermomix” para cocinar los beneficios económicos que deben servirse en tantos platos para tan variados paladares.

Es un auténtico cuento de hadas del que la princesa del pueblo no quiere despertarse y al que quiero aportar esta sencilla oda.

La realidad de la vida no debe interponerse entre la princesa y su pueblo, que entre estos barros pace tan plácidamente.

Larga vida a la Esteban, y que todos la sigamos viendo.