La lluvia ha copado el hilo musical del pasado otoño e invierno. No hubo santo sin su décima, ni semana sin lluvia durante muchos meses. Parecía que vivíamos en la España húmeda. Tanto vino el cántaro desde el cielo, que se nos rompió en nuestras cabezas. Sólo encontrábamos consuelo si pensábamos en los pantanos, en la inyección de moral y de agua que estaban recibiendo. Hubo que echar aceite a las compuertas de las presas y el agua buscó acomodó por donde pudo. A muchos ríos pequeños y arroyos el agua les hizo un tratamiento antiedad, y nuestras playas fueron testigos de lo bien que tratamos los cauces fluviales.
Esta semana ha dicho el calor: "aquí estoy yo". Lo de la lluvia quiso calar hasta nuestro huesos, pero el calor no quiere dejarse ganar la partida y hasta se ha metido con los flamantes "tdt". Nos dijeron que la nueva tecnología digital terrestre iba a a ser la panacea y que teníamos que comprar esos ladrillitos negros para construir un hogar más acorde con los tiempos. No sabíamos que las ondas radioeléctricas eran tan sensibles al plomazo del lorenzo, y como si se tratara de una perdíz a la que se le dispara con perdigones, la señal de la "tdt" no levanta el vuelo.
Nuestro gran enemigo para el Mundial no va a venir del fútbol de los equipos sudamericanos acostumbrados al desorden pero tan amigos de la Copa del Mundo, sino de la debilidad de nuestra "tdt", a la que le va a fallar la fuerza de sus piernas y no vamos a ver ni los partidos.
Seguro que la solución vendrá de los antenistas, y nosostros tendremos que seguir pagando para mayor gloria del consumo patrio.
Esta semana ha dicho el calor: "aquí estoy yo". Lo de la lluvia quiso calar hasta nuestro huesos, pero el calor no quiere dejarse ganar la partida y hasta se ha metido con los flamantes "tdt". Nos dijeron que la nueva tecnología digital terrestre iba a a ser la panacea y que teníamos que comprar esos ladrillitos negros para construir un hogar más acorde con los tiempos. No sabíamos que las ondas radioeléctricas eran tan sensibles al plomazo del lorenzo, y como si se tratara de una perdíz a la que se le dispara con perdigones, la señal de la "tdt" no levanta el vuelo.
Nuestro gran enemigo para el Mundial no va a venir del fútbol de los equipos sudamericanos acostumbrados al desorden pero tan amigos de la Copa del Mundo, sino de la debilidad de nuestra "tdt", a la que le va a fallar la fuerza de sus piernas y no vamos a ver ni los partidos.
Seguro que la solución vendrá de los antenistas, y nosostros tendremos que seguir pagando para mayor gloria del consumo patrio.
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