El fútbol es libertad para el que lo practica y para el que lo observa. El balón procura una sensación difícilmente descriptible. El fútbol nació entre personas sesudas que querían ocupar su mente y trabajar su cuerpo. Es el único deporte colectivo que se atreve a desafiar a la naturaleza y pone al pie, destinado a misiones más simples, a ser el brazo ejecutor de una técnica que supera incluso a la de la mano, la enchufada de la Naturaleza.
En el fútbol lo de menos es el resultado. En el profesional es al contrario, lo más importante es el marcador. Eso hace que la presión del hombre moderno tenga que cargarla también el futbolista a sus espaldas.
Para ganar hay que saber jugar al fútbol, tener suerte y sobre todo meter un gol más que el rival. Todo lo de más es imprevisible, y por esa razón es tan atrayente. Nunca se sabe el resultado, y no existen rivales débiles.
La selección española de fútbol ha ganado el Mundial de Sudáfrica 2010. Todos nos sentimos orgullosos del equipo, de su actitud, de su sencillez y de su bella juventud. También hemos gozado con su equipo técnico, encabezado por Vicente del Bosque, que los ha dejado jugar, como hacía conn Zidane y Raul.
Ha sido un hecho histórico que necesita ser puesto en valor. Pero en su justo valor. Tras los estgertores de una celebración embriagadora y agotadora, debemos hacer un ejercicio de análisis. Que la selección de fútbol gane un Mundial ni hace mejores ni peores a los españoles, y por ende a España. Si hubiesen perdido, no hubiese ocurrido nada, fuero de lo estrictamente deportivo. Por tanto, por la victoria no podemos hacer traslacioes a otros campos que nada tienen que ver con el equipo ni la forma de ser de los españoles. El Mundial no os hace mejores, que se les quite la idea de la cabeza a los políticos. Ellos desearían que el tema deportivo nos diera para meses, pero no da para tanto. El fútbol da para noventa minutos y para que Zara abra tiendas en Sudáfrica, pero no le encarguemos nada más.
No me gusta sacar lecciones del deporte profesional, porque ellos no reciben de otras disciplinas profesionales, y porque sus portagonistas son unos privilegiados de la naturaleza y la cuenta corriente.
El fútbol es la vida, cuando la vida puede ser sólo fútbol. La complejidad de la realidad exige que las personas se muevan en la incertidumbre como los futbolistas pero jugando en serio, no por una copa. El hombre es tan complejo que tuvo que inventar el fútbol para no aburrirse, pero no para ser sustituido.
Las grandes celebraciones se olvidarán pronto, los chinos habrán hecho su Agosto con las banderas, y nosotros tendremos que ocuparnos de la parte seria de la vida, que no conoce corner, ni saques de banda, ni nada que se le parezca.
El fútbol no puede ser el nuevo opio del pueblo.
(Es antiguo, pero merece la pena compartirlo)
(Es antiguo, pero merece la pena compartirlo)
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