miércoles, 7 de abril de 2010

Oda a la princesa del pueblo



Belén Esteban es la princesa del pueblo. Pocas endechas y sonetos se han cantado aún a la que ha hecho de la vulgaridad un producto de consumo diario en los hogares españoles. No se conoció con anterioridad una gloria mayor que la que le procuró en tan poco tiempo y de forma tan intensa la princesa del pueblo a la Televisión Digital Terrestre.

Su verbo gracioso, bronco, se mece entre grito y grito, y conoce sólo de ofensas pasadas, presentes y futuras, como aviso a navegantes. No hay literatura que pueda contener los excesos e hipérboles que su boca vierte a diario. Una tesis doctoral se atrevió con la diarrea mental de esta escultura que traicionó a la cirugía estética. No fue suficiente, se necesitan más y mejores estudios.

La telebasura no conoció época más gloriosa que la que grácilmente le está procurando esta mujer que ha hecho de San Blas el semillero de la intelectualidad de Madrid.

Los platós de Telecinco no conocieron aportación más fundamental que la que procura la Esteban en su versión verborreica o en su versión pato mareado. Nunca desprendieron mejor olor esos testigos mudos de tanto bueno.

Ese es su mérito, ora hablando, ora bailando, entrega las perlas que la piara necesita, para seguir en paz entre los límites que la chabacanería les procura. La miel de sus intervenciones está a la medida de la boca de quien la recibe.

Algunos la critican, sin conocer que la realeza nunca se merece ese trato. La verdad, la belleza, la discreción y la clase dejaron de despacharse en muchas casas reales europeas tiempo ha, y por tanto no deben exigírselas a la que el pueblo ha elevado al trono.

Los que viven del “share” de la Esteban, abandonaron el exprimidor y recurrieron a la “thermomix” para cocinar los beneficios económicos que deben servirse en tantos platos para tan variados paladares.

Es un auténtico cuento de hadas del que la princesa del pueblo no quiere despertarse y al que quiero aportar esta sencilla oda.

La realidad de la vida no debe interponerse entre la princesa y su pueblo, que entre estos barros pace tan plácidamente.

Larga vida a la Esteban, y que todos la sigamos viendo.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Algún día será un juguete roto cuando la coprofagia de la gente busque nuevas miserias, entonces todos los que hoy la jalean la olvidaran rapidamente!

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. Jorje Javier Vázquez que tanto la cores se reira de su caida a los infiernos. Lo que no sabe el "mermeladas" que de él también se reirán, como pasa ahora con Pepe Navarro o Sardá, padres putativos de la "telebasura".