El fútbol es la excusa perfecta de nuestros días. Es el testigo de cargo de nuestra actualidad . No puede entenderse la sociedad sin su aportación. El día amanece y se duerme entre crónicas futbolísticas, y nosotros portando el dorsal a la espalda.
He defendido en muchas ocasiones que la civilización occidental dejaría como su mejor legado al humanismo. Pero eso es un craso error. Petrarca no tuvo la culpa, pero los ingleses inventaron en el siglo XIX, nuestra gran aportación a la cultura: el fútbol. Olvidaron el papel y la pluma, y se interesaron por el cuero de una esfera que conformaba el balón. Esencia y fin último de las aspiraciones del hombre.
Creíamos que el debate en el parlamento español sobre el proyecto de ley de presupuestos para el 2010 concitaría el mayoritario interés de los españoles. Intentaron restarle relevancia las diferentes investigaciones de casos de probable corrupción. Tampoco quisieron quedarse atrás algunas noticias internacionales, como el enfrentamiento de Obama con la cadena televisa Fox. Pero todo eso ha sido anecdótico.
Nuestro interés se centra en el pobre juego del Málaga, el desconocido Barcelona en la Champions y la tragedia italiana titulada "El Madrid de Pellegrini al desnudo".
Nos interesan más las rotaciones de los jugadores de los equipos grandes que la evolución del euribor, para placer de los líderes políticos.
España no necesita economistas, empresarios, trabajadores, gobernantes, sindicatos y demás especies civilizadas. Estamos a la espera de más entrenadores, preparadores físicos, jefes de prensa, masajistas, periodistas y demás expertos en la materia.
El día que vuelva a entrar la dichosa pelotita en la porteria, España habrá salido de la crisis. La crisis en España es una crisis de fútbol.
He defendido en muchas ocasiones que la civilización occidental dejaría como su mejor legado al humanismo. Pero eso es un craso error. Petrarca no tuvo la culpa, pero los ingleses inventaron en el siglo XIX, nuestra gran aportación a la cultura: el fútbol. Olvidaron el papel y la pluma, y se interesaron por el cuero de una esfera que conformaba el balón. Esencia y fin último de las aspiraciones del hombre.
Creíamos que el debate en el parlamento español sobre el proyecto de ley de presupuestos para el 2010 concitaría el mayoritario interés de los españoles. Intentaron restarle relevancia las diferentes investigaciones de casos de probable corrupción. Tampoco quisieron quedarse atrás algunas noticias internacionales, como el enfrentamiento de Obama con la cadena televisa Fox. Pero todo eso ha sido anecdótico.
Nuestro interés se centra en el pobre juego del Málaga, el desconocido Barcelona en la Champions y la tragedia italiana titulada "El Madrid de Pellegrini al desnudo".
Nos interesan más las rotaciones de los jugadores de los equipos grandes que la evolución del euribor, para placer de los líderes políticos.
España no necesita economistas, empresarios, trabajadores, gobernantes, sindicatos y demás especies civilizadas. Estamos a la espera de más entrenadores, preparadores físicos, jefes de prensa, masajistas, periodistas y demás expertos en la materia.
El día que vuelva a entrar la dichosa pelotita en la porteria, España habrá salido de la crisis. La crisis en España es una crisis de fútbol.