Trabajé durante varios años en el Hospital Materno Infantil de Málaga. Fue un periodo profesional apasionante para mi. Allí crecí muchísimimo como médico y como persona. Me encontré a auténticos tesoros en el devenir diario. El hospital tenía muchos compromisos sociales, por su gran relevancia en Málaga. Uno de ellos era la de pertenecer a la gran familia de la Cofradía "Fusionadas". El doctor Eduardo Rosell, su hermano mayor, siempre tuvo a bien premiarnos con detalles de delicadeza en la colaboración que teníamos establecida. Uno de estos detalles fue, desde un principio, acompañar a la Virgen de "Lágrimas y Favores", nombre poético para una Virgen bellísima, la "Niña de San Juan", en su salida profesional del Domigo de Ramos. Tuve el honor de ir junto a la Virgen todos estos años y ese es un privilegio muy importante para un creyente.
Tras renunciar al cargo que ejercía en el hospital el año pasado, este año me propuse ir detrás de la Virgen y acompañarla durante su desfile procesional. El Domingo de Ramos de este año fue un día maravilloso, y tras la banda de música de Carmona, pude seguir la estela de la "Niña de San Juan". Las marchas procesionales fueron preciosas, y los feligreses disfrutamos de la procesión, y gracias a sus notas pudimos rezar y pedir todo tipo de favores a la Virgen que tanto amamos. En este "valle de lágrimas" acudir a la intercesión de la Virgen siempre es una buena opción.
No tengo imágenes de ayer, pero quiero compartir con vosotros lo que viví el año pasado en el interior de la iglesia de San Juan antes de que saliera la Virgen y los hermanos la mecieran mientras sonaba la marcha "Caridad del Guadalquivir".
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