viernes, 4 de noviembre de 2011

Soy prescindible

Hace unos días os comentaba que estaba leyendo el libro de Seth Godin, "¿Eres imprescindible?" y que me estaba gustando, tras el tiempo perdido con  el "Talking Manager" de Álvaro González Alorda.
Finalizado el libro, puedo afirmar sin ambages que yo soy una persona prescindible en el terreno laboral. Trabajo con ilusión día a día en mi consulta, preparo las clases con interés y emoción, y asesoro a las empresas que me lo piden de la mejor forma que sé. Estoy seguro que en los encuentros que tengo en mi ámbito laboral en muchas ocasiones no alcanzo las expectativas que ellos tienen en mi, y la verdad que me jode profundamente. Todos los trabajos en los que participo podrían desarrollarse sin mi presencia y mi contribución sin ninguna duda. Como decía mi amigo John Rambo soy totalmente prescindible en materia laboral.
Dicho lo cual, no cejo en mi empeño de tratar bien a mis pacientes, pienso en el médico que a mi me gusta encontrarme para parecerme a él, y eso me ayuda a no desfallecer. Disfruto mucho con la docencia, porque yo debo mucho a mis buenos profesores. Con las empresas que colobaro intento ofrecer un servicio profesional del mayor nivel, porque he tenido la suerte de trabajar al lado de gente de muchísimo nivel, y sería traicionarme a mí mismo el no trabajar sin esa exigencia.
Confío en que las personas sigan otorgéndome su confianza en el terreno laboral, porque yo la necesito para seguir siendo prescindible. 
Sólo soy inaccesible para quien se considera imprescindible y no valora la grandeza de mi prescindibilidad. Para ese tipo de personas no sólo soy inaccesible, sino que soy inalcanzable e incomprensible.


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