La Supercopa de España de este Agosto al baño maría ha dictado sentencia. Mou encarna todo lo malo que acoge el fúbol y el FC Barcelona es el mejor acólito de la JMJ. La superioridad futbolística del Real Madrid sobre el Barsa en estos dos partidos ha sido manifiesta. La falta de acierto frente al gol del equipo blanco, junto con la inspiración de Messi, "el hombre que susurra y besa a su escudo", impidieron que la copa viajara a la capital de España.
La intensidad, el orden, la velocidad, el atrevimiento y el sacrificio de los jugadores blancos hicieron al Barcelona un equipo terrenal. Su mejor jugador fue el portero, y los zagueros fueron los auténticos protagonistas de un equipo que tocaba el balón sólo para alejarlo de su área. Los laterales no cruzaron la raya divisoria y los otrora puñales de las bandas, eran sólo sudorosos defensores. El centro del campo no encontró nunca el balón, y estuvo corriendo una y otra vez tras los jugadores blancos que les robaban el balón casi sin despeinarse. La delantera blaugrana necesita un análisis detallado. Pedro comprobará este año, que su histriónica forma de estar en el campo, exaspera ya hasta a Guardiola. Tanto es así, que Alexis le restará tantos minutos al canario, que su actuación no dará ya ni para un entremés. Villa es un jugador menor y en este año dará motivos suficientes para que sus seguidores lo quieran ver en su Sporting de Gijón muy pronto. Messi es otra cosa. Su indolencia, sus ausencias, su frialdad, su egocentrismo, pasan a un segundo plano cuando su acierto es como el de estos dos partidos. Sin duda es un jugador desequilibrante y decisivo. Para consuelo de los madridistas no siempre tendrá la fortuna de cara y fallará algún día. Sólo hay que ver sus particpaciones en la selección argentina. El Barcelona sabe que este año es el principio de su final de ciclo. Tanto es así, que me atrevo a decir que Guardiola y su equipo técnico darán el portazo esta temporada, y si no al tiempo. Aún recuerdo lo que le ocurrió a Rijkaard. Su Messi se llamaba Ronaldinho, y ambos salieron por la puerta de atrás, cuando le dieron todo a la familia culé. Algo muy parecido ocurrirá con el bueno de Pep y su jugador franquicia.
El Madrid jugó mucho mejor, pero todavía tiene algunos fallos. Creo que Pepe debe salir del equipo por su inestabilidad y desproporción en sus intervenciones. Ramos no es puede ser jugador titular como lateral derecho y Marcelo debe olvidarse de las malas artes y apostar por su magia. En el centro del campo necesitamos la incorparación inmediata de Sahin. El balón debe llegar con más claridad a Ozil, y éste debe de sacrificarse menos en labores defensivas. Su intervención es necesaria e imprescindible. Benzema no puede copiar la indolencia de Messi y debe fijarse en su acierto. Ronaldo será aún más grande si comparte alguno de los balones que recibe. No pueden ser todos para él. Este Madrid va a dar mucho que hablar y es firme candidato a todos los títulos. Mou ha conseguido un equipo con mucha calidad, con mucha intensidad en su juego y verticalidad. Apuesta por el fútbol total y no por la especulación con la pelota. Los resultados nos dirán si ha confeccionado un equipo campeón o no. Los madridistas estamos todos con él. Si los rivales coinciden en señalarlo a él como el origen de todos los males, es que está acertando en su estrategia y les da miedo.
La tangana final del segundo partido fue vergonzosa. No podemos tolerarla. Pero tampoco podemos hacer un mundo de la misma. Nadie se cree que el dedo de Mou, más parecido a un pellizco de monja, es el causante de todos los males del fútbol. Mucho más graves fueron los insultos xenófobos, la prepotencia buenista del banquillo blaugrana o la chulería del "makinavaja de la portería", nuestro querido Pinto. Para vender periódicos y aumentar las audiencias es mejor darle caña a Mou que a Villa o a Pep. Al fútbol no le va a pasar nada porque Mou se comporte así, no debemos exagerar. Hay que afearle la conducta y seguro que él mismo estará ya arrepentido. Recordemos que pudimos soportar a un presidente "hooligan" como Gaspar y no pasó nada.
Me da pena que un dedo haya eclipsado al fútbol, pero todo es por la importancia de llamarse Mourinho.
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