miércoles, 8 de junio de 2011

La burbuja del fútbol

Europa da por finalizada la fiesta. España no estaba loca, estaba de parranda, hasta que llegó la cruda realidad. Los Marqueses del Palustre desayunaban ostras con champán, se olvidaron de la tortilla de patatas. Los banqueros daban dinero a quien no lo tenía ni lo devolvería, los políticos recalificaban terrenos y los futbolistas se hicieron los señoritos del pueblo, con fincas y derecho de pernada incluido. Los entendidos dicen que nuestra actual miseria se debe en gran parte al estallido de la burbuja inmobiliaria. A día de hoy, los ricos siguen siendo ricos, los pobres más pobres, y ya no hay ni para pagar los medicamentos. Bruselas nos pide que suba más el iva, la gasolina y todo lo que se pueda. Los ciudadanos tenemos que pagar la ronda que nadie parece que pidió y se bebió. 
La sociedad bastante cabreada concede pocas bulas ahora al personal. Sólo hay una excepción: el mundo del fútbol. No hay quien entienda esto. No hay dinero para nada y para nadie, pero el fútbol es capaz de romper las huchas del personal y seguir manteniendo los sueños de nuevos ricos de  los  futbolistas. Lo ocurrido con los abonos del Malaga CF estos días es muy llamativo en una provincia donde los bancos y los negocios nos dicen que sólo hay para paseos por la playa. Parece que no. Lo más duro es lo del Barcelona. Equipo campeón que debe muchos más millones que toques dan sus jugadores. Con casi 500 millones de euros de deuda se permiten la chulería de pagar al primer equipo 47 millones de euros en primas. Todas sus secciones son deficitarias pero a los niños hay que mantenerlos contentos, pase lo que pase, y se deba lo que se deba. Imagínense que pasaría en cualquier empresa normal.
Cuándo se pinchará la burbuja futbolística. El día que eso ocurra, espero que a ningún gobernante  se le ocurra ir a su rescate con dinero público. Por lo menos con el mío no.
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