Está muy de moda todo el tema de los equipos de alto rendimiento y demás milongas.
La realidad es que ningún proyecto puede llevarse a término con el concurso de una única persona. Necesita, como en otras tareas de la vida, el concurso de los demás. No creo en los equipos ni ese tipo de rollos, creo en las personas que con determinación y responsabilidad aportan lo mejor de sí a un trabajo en el que hay otras que lo hacen de la misma forma o de forma contraria.
En esta escena de "Apolo XIII" lo que muestro es que de la propuesta más disparatada, se pueden encontrar soluciones si desde el primer momento uno aporta a los demás lo mejor de sí.
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