Esta mañana, muy temprano, mientras escuchaba los primeros cantos de los pájaros, a los que la lluvia les había dado un poco de tregua, me he enfundado mis zapatillas de deporte por primera vez en este nuevo 2011.
Los días navideños son jornadas de excesos en la comida y la bebida, y necesitaba quemar calorías y eliminar toxinas. Elegí como recorrido la ruta desde Ronda hacia el Tajo del Abanico. Este enclave natural es único, muy parecido al Tajo tan conocido en Ronda en el que reposa el Puente Nuevo, que es la imagen más popular de la "ciudad soñada".
Está más protegido y su hallazgo es más complicado. Junto a él corre una calzada romana que añade belleza e historia al lugar.
Es un gusto para los sentidos, aire limpio, olor a vegetación serrana, perdices, conejos y todo tipo de pájaros te acompañan en el recorrido. Físicamente es algo exigente en el regreso por tener que correr durante dos kilómetros cuesta arriba.
Es una auténtica maravilla esta ruta que yo conocí a los pocos años de llegar a Ronda, hace ya casi 14 años, la recomiendo vivamente. Añado un mapa para el que la quiera hacer. Confío en que estos días de descanso en Ronda, pueda correr por lugares que tengo olvidados pero que me apetece de nuevo visitar.
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