domingo, 23 de octubre de 2011

Bárbara Starfield, una revolucionaria de la Atención Primaria

La Atención Primaria tiene muchos problemas. Uno de los principales es la lastrante sensación de que es una medicina de segunda división. Eso sólo lo mantienen los profesionales de poco talento, y algún que otro frustrado que se equivocó de lugar. La Atención Primaria representa la Medicina de la cercanía, la compresión y la continuidad. Necesitamos personas solventes, que desde la investigación seria y rigurosa, pongan en valor la intuición que tienen millones de pacientes al día y miles de profesionales. La desazón actual y la falta de oxígeno en los centros de salud se combate con ciencia y humanismo.
Eso es precisamente a lo que se dedicó Barbara Starfield durante toda su vida. Falleció hace unos meses pero su legado es demasiado importante para que caiga en el olvido. En estos tiempos de zozobra su aportación es más importante si cabe.


Starfield fue médica pediatra e investigadora de servicios y políticas de salud en la Universidad John Hopkins de EEUU. Su trabajo se focalizó en la calidad de la asistencia, en la evaluación del estado de salud y del primer nivel de atención, así como en la equidad en salud.
Starfield defendió en sus múltiples trabajos las ventajas de los sistemas de salud basados en el primer nivel de atención. La especialista explicaba que la atención primaria y el primer nivel de salud no son la misma cosa pero ambas son muy importantes para los sistemas de salud. La atención primaria de salud es el sistema y la atención primaria es la manifestación clínica dentro del sistema.
Los países con un alto porcentaje de especialistas en relación a la población dedican una mayor parte del Producto Bruto Interno a servicios de salud que los que tienen una menor proporción. Pero éste no es un buen dato: “Los países que tienen sistemas de salud muy orientados a la especialidad no están gastando su dinero de manera inteligente”, afirmaba Starfield. Esto se observa en la mayoría de los países más ricos.
Como principal premisa, la atención primaria está orientada a la persona, no a la enfermedad. Las enfermedades sólo existen en el contexto de las personas y de las poblaciones, no aisladas. La atención primaria es el primer contacto con la persona. Algunas de las fortalezas de los sistemas de salud orientados a la atención primaria son: brindar atención continuada durante el tiempo y enfocada en la persona (que evita una relación basada en las enfermedades), la exhaustividad en los procedimientos y pruebas, y una mejor coordinación basada en mejores sistemas de información y una mayor comunicación entre la atención primaria y la secundaria. La atención primaria “da buenos resultados en salud, con costos menores y llega a mayor cantidad de personas”, defendía  la experta.
En los países orientados a la asistencia primaria encontramos una menor proporción de recién nacidos con bajo peso, menor mortalidad infantil (especialmente neonatal), menos años de vida perdidos debido al suicidio y “todo, menos causas externas”, y mayor esperanza de vida. Esos países tienen también una distribución más equitativa de los recursos, servicios de salud provistos por el gobierno (con pequeña o nula presencia privada), sin copagos o con copagos muy bajos, son mejor evaluados por las poblaciones, tienen una asistencia primaria que incluye una amplia gama de servicios y es orientada a la familia. En resumen: tienen una mejor salud a costos menores. Lección que podrían aprender muchos de nuestros actuales responsables. 
Comparto con vosotros uno de sus artículos más influyentes.

Me parece también muy importante que podáis ver un vídeo de una intervención suya.




Espero que los profesionales de Atención Primaria nos demos cuenta que nadie mejor que nosotros, con nuestro trabajo diario, podemos defender la importancia para la población de nuestra contribución.
Descanse en paz, profesora Starfield.

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