El Castillo de las Navas de Tolosa

El año que viene se conmemora el octavo centerario de la Batalla de las Navas de Tolosa. En 1212 los cristianos vencieron a los almohades, y aquella gesta ha quedado en nuestra historia como una de las más relevantes obtenidas por nuestros ejércitos.

Como todos sabéis, soy natural de La Carolina, localidad muy cercana al escenario de la referida batalla. Para la conmemoración del evento hay una comisión en el ayuntamiento de mi pueblo, y el año que viene será recordada la hazaña desde muchos puntos de vista.

Mi intención es sumarme a los festejos con la publicación de una nueva novela relacionada con la batalla. Pero esa es harina de otro costal.

Quiero compartir con vosotros el placer que he sentido este fin de semana corriendo por los lugares cercanos a la batalla. Sigo entrenando para la Media Maratón de Málaga, y estos dos días he estado en mi pueblo. Las dos mañanas madrugué y me puse a lomos de mis "Brooks". La primavera se asoma a Sierra Morena, y es un placer correr entre olivos, encinas y aire puro.

Hoy he estado muy cerca de lo que se conoce como las ruinas del Castillo de las Navas de Tolosa. Uno no puede acercarse mucho a esta fortificación, porque ganado bravo pasta en esa finca. Y claro no se trata de entrenar con toros detrás. Sobre todo cuando uno está tan limitado como yo.

He disfrutado muchísimo y me he bañado de todo tipo de impresiones que me proporcionaba la tierra que tanto amo. Allí ya he engarzado algo de la historia que desarrollaré en la futura novela.

Es tan bonito y reparador correr entre historia, naturaleza y recuerdos, que os recomiendo a todos que os atrevais a conocer vuestra tierra natal, pero de una forma diferente: corriendo.