domingo, 4 de diciembre de 2011

La Navidad odia a Diciembre

Diciembre es un mes de puentes, luces de neón y lote de ibéricos. Huele a centro comercial podrido de gente, y se despita entre ofertas sin descuento y patinaje sobre hielo a veinte grados. En un país sin un euro, al que no le gusta los patrones de sastre de los políticos, con tanto futuro recorte, los españoles seguimos danzando al son del consumismo como auténticos "walking dead" en busca de sangre en forma de todo tipo de artículos y servicios.
Los juguetes se compran en Noviembre, las comidas de empresa sustituyen a la cena de Nochebuena y los cotillones han silenciado a los villancicos. Y después nos quejamos que a España no la conoce ni la madre que la parió. 
Todo es demasiado vulgar para ser verdad, pero no intentamos despertarnos de este mal sueño. Queremos seguir comiendo helados en invierno, comprando la barra de pan en el chino de la esquina y dormirnos entre el griterio de la fauna de la telebasura. 
La Navidad era otra cosa. Era la conversación en la mesa camilla, el reencuentro con los nuestros, los dulces de nuestras madres, el cocido del sábado y el aguinaldo en Nochebuena. Todo se hacía de puertas hacia dentro, con el bolsillo vacío y la alegría del villacinco con la botella de anís. 
Nadie se aguanta en casa y tiene que salir a la jungla de neón y catálogos. Es más fácil soportar varias horas en un centro comercial hortera que mantener una conversación con nuestra mujer durante cinco minutos; quejarnos de lo caros que son los boquerones en el bar de turno, que limpiarlos en nuestra casa.
Existe otra forma de vivir la Navidad que cada vez más odia al mes de Diciembre. Cuéntamela tú.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes razón en casi todo. La Navidad se ha vuelto una sarta de mentiras.
Yo estoy féliz por no trabajar esos días (aunque cobre menos), así lo pasaré con los que me quieren, pondré a mis niños villancicos y abriré la mesa del salón para tenerlos a todos a mi vera , no tendrán excusas para venir a mi casa.
Cocinaré con cariño y les daré lo que tengo y lo que soy.
Estaré dichosa porque no me falte nadie, ya que no se sabe nunca cuando se irán los que queremos.
No tendremos grandes cosas, pero será perfecto si todos estamos juntos.
Ya ves, a todos no nos hace falta un regalo, un detalle por compromiso, una comida de empresa, ni nada material.
Sólo estar vivos para seguir disfrutando de la vida.

Anónimo dijo...

EL PODER ESTAR CON LOS QUE TE QUIEREN DE VERDAD POR LO QUE ERES ES EL MEJOR REGALO QUE PUEDES TENER EN LA VIDA,PERO NO TODO EL MUNDO LO VALORA

Anónimo dijo...

tienes razón en los comentarios que haces; pero hoy en día en la "sociedad de las prisas", se vive todo por adelantado, sin saborearlo, sin disfrutarlo, sin detenerse en el detalle, en lo pequeño, en lo que realmente importa, que son en definitiva las personas que nos rodean;
no crees que en ocasiones es más valiosa una sonrisa, ó un apretón de mano que el más caro de los regalos.

Te deseo una navidad llena de pequeñas cosas

mremem

Anónimo dijo...

Gracias por vuestros maravillosos mensajes. La Navidad es otra cosa, y vosotras lo habéis descrito perfectamente. Os deseo lo mejor en estos días que pueden albergar sentimientos verdaderos y auténticos.

Joseantonio Trujillo